El 8M es histórico

Cuando hablamos del 8M debemos de remontarnos a los principios del siglo pasado, en una ciudad clave para la representación y la lucha de las mujeres que hicieron posible la institucionalización de este día en 1975. Sin embargo, eso no significa que hasta aquel entonces no se hubieran realizado marchas, revueltas y manifestaciones reclamando un presente y futuro igualitario y digno para nosotras, mujeres.

En 1909 tuvo lugar el primer intento de celebración del Día Internacional de la Mujer desde EEUU. Lamentablemente, solo registró seguimiento en Chicago y Nueva York.

Un año más tarde, durante el encuentro Internacional Socialista de Mujeres en Copenhague, se propuso fijar un día simbólico que sirviera para reivindicar los derechos de todas las mujeres, centrando su atención en el derecho al voto femenino, todavía vetado.

Dados los conflictos diplomáticos, el papel de la mujer comenzó a afianzarse a lo largo de las siguientes décadas. Esto fue el impulso que propició la unión de diferentes asociaciones de mujeres provenientes de países distintos pero con un objetivo común: la lucha por sus derechos y libertades.

Como se puede observar, resulta muy complicado fijar un punto de inicio. Por eso debemos entender la institucionalización del 8M en 1975 como el “final” de un largo camino compuesto por mujeres, empoderadas, que buscaban cambiar la situación social y represiva a la que estaban siendo sometidas por el simple hecho de haber nacido mujer.

Sin embargo la gran ola de lucha y concienciación podemos decir que se inicia en torno a 2017, cuando, las denuncias por acoso llegadas de la gran élite del cine, la televisión o la música, hacen que unamos nuestras fuerzas en un único canto como el “Yo también” o el “Yo sí te creo”.

El Me Too supuso un antes y un después en el panorama internacional. Fue el momento en el que se rompió nuestro silencio, en el que encaminamos una lucha hacia una justicia no solo legal, sino también social. Esto constituyó el principio de una toma de conciencia que tendría alcance a nivel mundial y alcanzaría representación en todas las esferas y clases.

Desde ese momento continuamos uniendo nuestras voces con “La manada somos nosotras” y, más recientemente, con “Un violador en tu camino”, iniciado en Chile en protesta contra la violencia machista, y difundido alrededor de toda Latinoamérica, Estado Unidos y Europa.

Hoy en día, el 8M no es el único momento en el que gritamos por nuestros derechos. Más recientemente, tras el acuerdo de 2010, la Secretaría de Igualdad de España se une cada 22 de febrero a la celebración del Día Europeo de la Igualdad Salarial. Con esto se busca recordar a las mujeres de todo el ámbito europeo sometidas todavía a esta discriminación social, salarial y de derechos.

Según datos ofrecidos por la Eurostat, la mujer europea todavía sigue recibiendo, de media, un 15,7% menos que los hombres en sus ingresos brutos, aun habiendo desempeñado un trabajo exactamente igual. Y, aunque los datos reflejan un avance en referencia a las muestras tomadas en 2010, es evidente que, mientras siga existiendo esta diferencia por un único motivo de sexo, no será suficiente. Todavía nos queda mucho camino por recorrer.

En la lucha feminista el primer paso sigue siendo la información y la concienciación ciudadana, empezar por educar, independientemente de la edad, mentes feministas, personas feministas.

Cada vez son más las organizaciones gubernamentales que se posicionan a favor de este camino por la igualdad animando a la participación y la visibilidad. El Concello de Caldas de Reis (Pontevedra) ha optado, con la vista puesta en el 8M, por lanzar una campaña que diera apertura a lemas de empoderamiento femenino. Para ello ha distribuido a 200 locales de la ciudad 600 círculos violetas con mas de 200 frases diferentes. Desde Pontevedra Digital hemos sido partícipes de la gran acogida de la campaña que se desarrolla bajo el lema “Todos os días son 8 de marzo” y que busca prolongar su presencia en los escaparates municipales durante todo el mes de marzo.

8M POR UNA JUSTICIA FEMINISTA.

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